El Arropiero fue detenido el 18 de enero de 1971 en El Puerto de Santa María, Cádiz. Una vez detenido, se le consideró el peor asesino de la historia criminal española. Aunque fue culpado de muchos crímenes, no hubo sentencia. Nunca fue juzgado: al detectarle una grave enfermedad mental, se le declaró falto de responsabilidad penal y la Audiencia Nacional ordenó en 1978 su internamiento en un psiquiátrico.
Manuel Delgado Villegas estuvo mucho tiempo recluido en Carabanchel y después fue trasladado al centro penitenciario de Fontcalent, Alicante. Fue tratado de esquizofrenia, enfermedad que se completaba con un cuadro megalomaníaco, desorientación espacio-temporal y tendencia al autismo.
Debido a sus confesiones tremendamente frías y detalladas de todos sus asesinatos, El Arropiero no dejó indiferente a ningún policía que se cruzara en su camino. Ni si quiera a su abogado. El Arropiero sembró el pánico en este país durante 7 años, pero por suerte, un 18 de enero, la pesadilla acababa para los ciudadanos y familiares de las víctimas. Unos años más tarde, en 1998, Manuel Delgado Villegas moría en el centro penitenciario de una enfermedad pulmonar probablemente causada por el tabaco.